Altruismo es sinónimo de solidaridad y puede considerarse terapéutico. Es una actitud en la que una persona dedica su tiempo a los demás sin esperar nada a cambio, aún reduciendo su propio bienestar, realizando un sacrificio personal.

Su antónimo es el egoísmo, siendo esta una actitud en la que una persona siempre piensa primero en sí mismo y nunca en los otros.

El término “altruismo” proviene del francés “altrui”, fue creado en 1851 por el filósofo francés Auguste Comte (1798-1857) y significa “de los otros”.

Algunas opiniones…

Ciertos investigadores decían que el altruismo aparece en las personas a partir de los 18 meses, sugiriendo con esto que los seres humanos tenemos una tendencia natural a ayudar a los demás.

No obstante, también había filósofos que opinaban diferente, defendiendo el pensamiento que el ser humano necesita ser educado para llegar a ser altruista, porque no lo es naturalmente.

La empatía, factor clave para el altruismo

La empatía es la habilidad de conectar con otras personas, de sentir y comprender lo que ellos sienten, sintonizando con sus emociones. Aquí actúan las “neuronas espejo” que son unas células cerebrales que se activan cuando hacemos algo por los demás o cuando vemos a otros hacerlo.

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Inconscientemente imitamos expresiones de quien tenemos delante o su forma de hablar. Esto facilita la comunicación y nos permite comprender mejor a los demás ejerciendo el sentimiento empático.

No todos los seres humanos tienen la capacidad de ser empáticos dado que hay personas que sufren ciertas enfermedades mentales que los inhiben de este sentimiento. Pero sí se puede sentir empatía por ellos con el deseo de ayudarlos y mejorar su situación.

Compasión, empatía y altruismo, la base de la felicidad

Si bien la empatía se refiere a sentir las emociones del otro, la compasión es cuando a esos sentimientos se les imprime el deseo de ayudar o sea que esta conducta de ayuda es satisfactoria en sí misma.

La conjunción de estas 3 bases está compuesta por la percepción del necesitado, sentimiento de apego y empatía, comportamiento orientado a reducir la vulnerabilidad de otros, sentir placer y bienestar por lo que se está haciendo y mantener una conducta de servicio  desinteresadamente.

“Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos”.
Albert Einstein

10 características de una persona altruista

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  1. Dedica su tiempo a los demás sin esperar nada a cambio y no actúa por vanidad ni por intereses personales.
  2. Comparte lo que tiene sin esperar ser reconocido ni recompensado.
  3. Es solidario y colabora en lo que puede con aquellos que lo necesitan.
  4. Piensa en detalles que puedan marcar una diferencia en las causas que apoya.
  5. Siente empatía identificándose con las personas que le preocupan tratando de comprender el sentimiento de los demás y haciéndose carne con el dolor ajeno.
  6. Ayuda a los que más lo necesitan aunque para ello signifique renunciar a sus comodidades o bajar su calidad de vida.
  7. Actúa con amor y compasión por los que sufren utilizando no solo el corazón sino también la cabeza, para saber identificar cuál es el mejor camino para llegar a cumplir su propósito.
  8. Cuida del medio ambiente con amor, porque es lo que nos da la vida y lo que se necesita para sobrevivir.
  9. Promueve la paz y rechaza los conflictos pensando en el bienestar de todos para lograr un equilibrio entre la mente y el espíritu, aumentando de esta manera su calidad de vida interior así como también la calidad de su entorno.
  10. Se pone en los zapatos del otro comprendiendo sus dificultades e injusticias, a pesar de no haber vivido las mismas situaciones. Piensa primero en los problemas de los demás antes que en los suyos.

Beneficios psicológicos y físicos de ser altruista

De acuerdo a algunas investigaciones…

  • Ser generoso y ayudar a los demás favorece a disminuir los niveles de estrés y la mortalidad.
  • También favorece y mejora la salud mental y disminuye la soledad.
  • Produce felicidad y provoca sensaciones placenteras.
  • Es bueno para mantener una vida sexual plena, posiblemente debido a que así es como se sienten, plenos con lo que hacen.
  • Los adolescentes que se dedican al voluntariado son más saludables que aquellos que no, incluso cuando llegan a la etapa de la madurez.

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¿Qué podemos hacer por los demás?

Podemos acompañar y abrazar a quien está solo; podemos ir a leer a los ancianos a una residencia o a contar cuentos a los niños en un jardín; acercar un plato de comida a los sin techo; llevar a una parroquia ropa que ya no uses. ¿Se te ocurre algo más?

Te dejo una inquietud: ¿has pensado si en tu diario vivir tienes alguna actitud altruista?

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