Que bueno sería que en todas las farmacias pudiéramos conseguir dosis de buen humor. Pero, no es algo que pueda comprarse, es algo inherente a nosotros, los seres humanos. A veces nos preguntamos porque nuestros perros siempre nos reciben de buen humor, ¿será que no tienen de qué preocuparse?.

Pero ¿qué es el buen humor?, es saber enfocar de manera constructiva los avatares de nuestra vida. Es la disposición que se tiene para llevar a cargo una tarea, y debemos ponerlo en práctica desde que nos levantamos.

 

Nuestro cerebro y el buen humor

Se ha descubierto que forma parte de un circuito que conecta con la vía del placer. Nos pasa a todos que cuando escuchamos algo gracioso nos invade una oleada de bienestar. Esta proviene de una zona del cerebro emocional llamado núcleo accumbens. En el mismo cerebro se encuentra el centro de la risa y el del lenguaje, las dos habilidades que solo posee el ser humano.

En el desarrollo de los niños, la risa y el humor aparecen en forma muy temprana. Al principio, como respuesta a la sonrisa de mamá, y posteriormente cumpliendo un rol en el desarrollo mental.

Las personas que siempre están de buen humor suelen ser las más apreciadas, lo que influye positivamente en nuestra autoestima.  Al estar de buen humor, el cerebro libera endorfinas. Y entre ellas están las hormonas del despertar o catecolaminas, que nos hacen estar alertas.

 

abuela con su nieta disfrutando sonrisas y buen humor

El buen humor favorece nuestro organismo

  • El buen humor también actúa en el sistema parasimpático, que es responsable de nuestra presión arterial, frecuencia cardíaca, respiración y digestión.
  • El hígado se ve favorecido porque ayuda a metabolizar el colesterol. Además aumenta el intercambio gaseoso en los pulmones, lo que favorece la oxigenación del organismo.
  • Mejora el funcionamiento del bazo, que es el reservorio y formador de nuestras células sanguíneas.
  • Se le atribuye como una cualidad psíquica que es comparable con un antioxidante que retarda el envejecimiento de nuestras células. Se comprobó científicamente que quienes tienen una actitud optimista hacia la vida, tienen menos posibilidades de enfermarse. Esto ocurre porque nuestro sistema inmunológico, que es el encargado de combatir las enfermedades infecciosas, se equilibra con el buen humor y la risa.
  • El buen humor nos provoca emociones positivas que contrarrestan el estrés.

 

Por supuesto que todos podemos tener disgustos, porque es parte del cotidiano vivir, lo importante es cómo se interpretan. Con buen humor las tomaremos como enseñanzas, retos o experiencias, de las que se puede sacar algo de provecho. Así como también la risa puede ser una terapia para curar enfermedades.

 

Una forma positiva de mantenernos de buen humor es crear con nuestra imaginación dosis, que guardamos en pequeños recipientes y repartirlos en distintos lugares de nuestra casa. Guardar algunos en la mesita de noche, para usar cada mañana al despertar. Otros los podemos guardar en el baño,  para rociar nuestro cuerpo cuando nos duchamos. Así estaremos perfumados de buen humor, y se lo podemos contagiar a los que nos rodean.

También, podemos llevar algunas “dosis” en la cartera o el bolsillo y tener algunos en la cocina, en el patio o en el balcón. Podemos dejar “dosis de buen humor” por donde queramos, es importante no olvidar que es un juego y que se desarrolla en nuestra imaginación. Haciendo este ejercicio y sin darnos cuenta lograremos llegar a estar de buen humor todo el tiempo.

 

 

Gandhi expresó la importancia de tener buen humor a diario

El humor es una emoción como la furia, la tristeza, la vergüenza o el miedo. Mahatma Gandhi decía “cada día que no experimentamos la alegría de una carcajada sincera, es un día perdido”.

 

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