Cuando llegamos a cierta edad, la hipertensión es, para muchos una preocupación. Llevamos con nosotros la medicación que nuestro médico nos indicó para controlarla, seguro de emergencias, tensiómetro y todo aquello que nos brinde cierta seguridad. Pero la tensión puede subir por alegrías, rabietas, o sea por las emociones fuertes. Existe una forma de controlarla que, aunque no es nueva, no está muy difundida. Se trata de la musicoterapia.

 

¿Que es la musicoterapia?

La musicoterapia es la utilización de la música con fines psicoterapéuticos. 

La hipertensión es de carácter emocional, y por ello a veces los medicamentos no pueden hacer mucho. En estos casos, la musicoterapia es una herramienta utilizada como forma de conducta, a modo de prevención.

 

Está científicamente demostrado que algunos tipos de música son capaces de regular e influir sobre la presión sistólica y diastólica. Por lo que, se puede afirmar que su uso es positivo para prevenir la hipertensión, dolencias cardiovasculares y preinfartos.

 

Este tipo de terapia causa efectos beneficiosos en nuestro sistema sensorial, cognitivo y motor. Produce un efecto sedante, y estimula la creatividad, el pensamiento, el lenguaje y la memoria.  Crea un estímulo agradable y placentero para el cerebro ayudando a la relajación. Por esta razón es muy recomendable para personas con Alzheimer.

 

¿Que ritmo elijo?

No todos los ritmos tienen el mismo efecto en nuestro organismo. Debemos buscar cuál se adecúa más a nuestros gustos. Los ritmos armónicos y lentos son los que tienen mejor efecto en la mayoría de los casos.

 

Uno de los ritmos que más efecto de vasoconstricción produce es la música clásica. Estudios realizados demuestran que se logra bajar la presión arterial aplicando ésta herramienta.

 

La serenata N° 13 en sol mayor, de Mozart o Las Cuatro Estaciones, de Vivaldi, han dado resultados sorprendentes. También hay artistas como Enya, o Vangelis, cuya música es muy amena y relajante,  y son una buena opción si la música clásica no es nuestro gusto. La música de meditación es también recomendable, ya que ha sido diseñada para problemas de conducta.

 

Se puede asegurar que estímulos como la risa, el medio ambiente y la música son determinantes en nuestras emociones. Cuando escuchamos un tema que nos resulta agradable se produce en nosotros lo que los terapeutas denominan “efecto de relajación”. Se libera nuestro estrés y nos distendemos emocional y psicológicamente.  

 

La musicoterapia produce un efecto similar al que nos produce un viaje de vacaciones, o a relajarnos recostados en un lugar cómodo. Investigaciones de campo, han determinado que la musicoterapia es el método más rápido para bajar la presión arterial, sin utilizar medicamentos.  Esto nos beneficia, pues es un método totalmente natural.

¿Cómo debemos actuar?

Cuando nos sentimos desbordados, o tuvimos una emoción fuerte y el tensiómetro nos indica una suba que no es normal, debemos actuar.

 

  • Poner una música de nuestro agrado, con patrones suaves, rítmicamente pausados.
  • Buscar el lugar más cómodo y recostarse allí.
  • Respirar profundamente mientras se escucha la melodía.

De a poco irá bajando el ritmo de nuestra respiración en intensidad, y también nuestra tensión.

 

Como anécdota, cabe recordar que nuestro país fue el primero de habla hispana en adoptar la Musicoterapia como carrera de grado. En 1967, la Universidad de El Salvador incorporó la carrera, que hoy dictan también la UBA, la UAI y la Universidad Maimónides. La Asociación Argentina de Musicoterapia fue fundada en 1966, y fue la impulsora de dicha carrera.

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